jueves, 7 de agosto de 2014

Sábado [Saturday], de Ian McEwan

Título: Saturday (Sábado en la edición española)
Autor: Ian McEwan
Publicación: Londres, Jonathan Cape 2005



Argumento [traducción de ianmcewan.com]:

Sábado es una novela que sucede en un solo día, el 15 de febrero de 2003. Henry Perowne es un hombre satisfecho, un neurocirujano de éxito, felizmente casado con una abogada y disfruta de buenas relaciones con sus hijos, que son jóvenes adultos. Lo que le preocupa es el estado del mundo -la inminente guerra contra Irak, y el general oscurecimiento y pesimismo desde los ataques de Nueva York y Washington de dos años antes. En esta particular mañana de sábado, Perowne hace su camino habitual hacia su partido de squash con su anestesista, intentando evitar los cientos de miles de manifestantes que llenan las calles de Londres, protestando contra la guerra. Un accidente menor lo lleva a una confrontación con un matón de poca monta llamado Baxter. Desde el ojo profesional de Perowne, algo parece estar mal con este joven. Baxter, por su parte, cree que el cirujano lo ha humillado, y visita la opulenta casa de Perowne esa noche, durante una reunión familiar, con salvajes consecuencias que llevarán a Henry Perowne a desplegar todas sus habilidades para mantener a viva a esa figura condenada.


Mi lectura:

Creo que esta novela es una de las más personales de McEwan y, por ello, es más complicada de leer que otras muchas del autor.

Sin llegar a ser la novela que más me ha gustado de Ian McEwan (esa posición la ocupa Atonement [Expiación], sin lugar a dudas), debo decir que la lectura de Saturday me hizo profundizar algo más en mi amor por este autor. Mucha gente se queja al leer la novela y acaban enfadados con ella y con McEwan porque no es en absoluto lo que se esperan (cualquier buen lector, al coger un libro de este señor, debería haber aprendido a estas alturas que McEwan nunca te va a dar lo que te esperas, pero en fin, ese es otro tema), y en mi opinión no llegan a ver todo lo que se puede acabar sacando de la lectura de esta obra.

No es la primera novela que se debe leer uno de McEwan, no lo recomiendo como primer libro del autor porque es posible que la experiencia te aleje de su narrativa -no es una lectura fácil-, pero si ya te has leído algo de este buen señor, seguir con Saturday te puede dar perspectiva sobre su forma de narrar. Henry Perowne es un hombre blanco con privilegios en la vida, con dinero, con un muy buen trabajo, buen jugador de squash, una buena mujer, unos hijos que le quieren. Parece tener una buena vida. ¿Qué nos puede dar la lectura de un día en la vida de este hombre? ¿Cómo podemos conectar con esta lectura? Es una cuestión que he visto mucho en reseñas de Saturday y que me traen a la cabeza Orgullo y Prejuicio, por poner un ejemplo.

Me encanta la forma en la que McEwan hace contrastes de privilegios entre los personajes de McEwan y Baxter, y los usos de estos privilegios a la hora de entrar en problemas graves. En Saturday entramos en ética, en moral, seguimos durante todo un día la mente de este neurocirujano y McEwan nos dibuja su punto de vista del mundo página a página para nuestro disfrute. Nos analiza su capacidad (o falta de ella) para empatizar, la forma en la que se toma la ética en su trabajo, su relación con la literatura y, más importante aún, su relación problemática con la ficción, la relación a través de la literatura con su hija, la mente científica contra la mente literaria, los hechos contra las historias.

Si lo que buscáis es un libro que sirva como lectura ligera, o para simplemente entreteneros un rato, entonces no, no recomiendo Saturday. De hecho, si no eres un lector medianamente experimentado, no recomiendo Saturday, por mucho que sea un libro y un autor que están entre mis favoritos. ¡Pero! Si que lo recomiendo a cualquiera que esté dispuesto a meterse a través de la multitud de capas que ocupan esta novela, a cualquiera que quiera ponerse a pensar en los puntos que se pueden extraer de aquí. Se puede llegar a hacer larga (personalmente no me pasó, pero conozco a mucha gente que si), pero en mi experiencia, mereció absolutamente la pena.

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