lunes, 4 de agosto de 2014

La ladrona de libros: Hans Hubermann y Muerte

NOTA: Puede contener spoilers de la obra

  
 
Hans Hubermann

Debemos seguir hablando de La ladrona de libros, en concreto del personaje que es Hans Hubermann. Ahora haré una confesión *música de tensión* ... Si me leí el libro es porque vi que iban a hacer la película, y que un actorazo llamado Geoffrey Rush iba a hacer de Hans Hubermann. ¡Acabáramos! ¡Ahora lo entiendo todo! Pensará alguno. Me van a tener que perdonar, pero admiro muchísimo como trabaja este señor, y me trago el 99% de lo que hace por el placer de verle actuar. Y es lo que hay. Así es como me leí el libro de marras.

Y acabé encariñándome muchísimo con un alemán pobre, de los de el bando que la literatura no suele mirar: Hans Hubermann -y claro, en contraste con su mujer, el hombre tiene las de ganar en general, aunque de Rosa Hubermann es ese personaje que te engaña, una de esas personas que se ponen la capa y la máscara para protegerse y esconder el corazón enorme que tienen, y cuando se lo quitan te entra toda la ternura del mundo porque son los que más cariño necesitan-.

La forma en la que la Muerte lo describe, como alguien que prácticamente no es visible, alguien que no es especial en un grupo de gente. Alguien que no caes que está ahí, no tienes muy claro si está o no. Ni que decir que la descripción de la Muerte choca (o directamente queda olvidada) al leer la novela y ver que el personaje brilla con luz propia. Pero está en lo cierto: si no supieses quien es, no te darías cuenta de que Hans existe, tan solo sería un pobre hombre más (y en la situación en la que estaban, llegando a esconder a un judío en su sótano, lo mejor podía ser pasar desapercibido, la verdad).

Sin embargo, la primera vez que lo ves interactuar con Liesel... A mi se me rompió un poco el corazón por lo maravilloso de la escena. Hans Hubermann se fue haciendo un hueco dentro, intentando abrir a Liesel, intentando que la niña pudiese vivir como una niña en todos los sentidos, ayudándola a relacionarse con Rosa, los libros, las palabras, las altas horas de la noche, la música. La forma que tiene de dar calor a todos a los que tiene a su alrededor.

Porque se nota, en la obra se nota la huella que tiene Hans en las personas que se relacionan a diario con él y lo distinto que resulta todo sin ese calor que desprende, esa alegría, esa magia en forma de música y sonrisa en los momentos más oscuros. Esa forma de dar calor que sabe adoptar Liesel, leyendo en los bombardeos, una herencia de un padre no biológico.


La Muerte:

Este libro está narrado por La Muerte. Que diréis, ¡ya lo sabemos! Vale, pero es un impacto. Personalmente es algo que nunca había visto antes, y menos aún la forma en la que está hecho. Me parece algo absolutamente magistral, desde el principio hasta el final. Te está diciendo, van a morir personajes, muchos personajes de los principales de la obra. Te está diciendo que la obra va a acabar mal. Su presencia es un aviso, desde el principio, y de hecho la Muerte te va avisando a lo largo de la historia cuando algo malo va a suceder.

El caso es que podía haberse convertido en una expriencia narrativa macabra. El hecho de tener la Muerte como voz en una historia de la Segunda Guerra Mundial, no se. Podría pasar. Y no. La belleza de lo narrado logra que muchas veces lo macabro que es tener a la Muerte narrándote una historia se convierta en una experiencia de belleza increíble.

Como personaje, se le ve como un ser solitario que se encariña (por decir algo) más con los niños. Es un ser con todo el tiempo del mundo por delante, tiene tiempo para la contemplación, para ver lo que es la naturaleza humana, para planteárselo todo sobre ella. Su trabajo a veces es demasiado para este ser, no es fácil ser la muerte, y mira al cielo (cuyas descripciones son magníficas) para tomarse un momento antes de seguir llevándose almas.

No le gusta en absoluto la destrucción que ve sobre el mundo, y desearía no tener tanto trabajo como tiene. Es un personaje que acaba resultando bastante humano, con sentimientos humanizados. Expresa felicidad y expresa tristeza, soledad e incluso depresión, un abanico lo suficientemente amplio. De hecho, incluso tiene un objetivo más allá de su trabajo, en forma de esperanza, para demostrar que la existencia de los seres humanos merece la pena, y lo hace a través de las historias.

Pero no nos deja olvidar que no es humano, por mucho que nos guste relacionarlo con la humanidad. Es perseguido por las almas de los humanos, y tiene emociones humanas, pero no formará nunca parte de la humanidad.

*

Se me quedan cosas en el tintero, como hablar del valor de las palabras en la obra, pero lo tengo apuntado en la lista de temas de los que quiero hablar en el futuro.

Por ahora, queda esto aquí. ¿Qué os pareció a vosotros Hans Hubermann? ¿Y la Muerte? ¿Qué opináis del experimento narrativo de Zusak en darle la voz a una Muerte tan humana?

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