lunes, 25 de agosto de 2014

Drácula, de Bram Stoker: Mancillando a la dama victoriana

Hablemos de la sexualidad que salta a la vista en Drácula. Hice un trabajo sobre esto hace un par de años o quizá tres, y voy a rescatar cosas de ahí, que me vienen muy bien para explayarme sobre una de las temáticas de la obra. Lo primero que se debe tener en cuenta es que no se dice nada de forma directa en la obra, pero supongo que al lector mínimamente experimentado no hay que explicarle más de una vez lo que tiene delante. 


Estamos hablando de la época victoriana (1834 - 1901). Jane Austen, ¿lo tenemos todos en mente? Elizabeth y Mr. Darcy, esas escenas en las que el contacto social se hace a través de bailes, y niña cómo puedes ir por ahí enseñando los tobillos. Pues eso. La mujer debía ser inocente. Pura. Nos encontramos una Inglaterra que a medida que pasaban los años, se reprimía más y más. Antes del matrimonio ni se hablaba de sexo, siendo ciertas supersticiones sobre la menstruación la única vía de conocimiento. Las mujeres no tenían sexualidad alguna.

Y en todo esto llega Drácula, mostrando una transformación en las mujeres -una transformación tachada de pecaminosa y sucia, por cierto- . La mujer abraza al Vampiro, las recepciones que tienen Mina y Lucy de Drácula son los mayores actos de sexualidad que tenemos en la obra, más incluso que la escena de Harker con las novias del vampiro. Por supuesto, la sexualidad queda toda de forma oral, y la fascinación que sentimos por Drácula gira alrededor de su boca, que es su método de penetración, y de hecho es una parte del cuerpo que mezcla géneros: Es suave como una mujer, y penetra como un hombre.

Los actos de Drácula con Mina y Lucy o de Harker con las novias son tanto actos sexuales como actos de alimentación. Algo peculiar, pero ambos actos son muy humanos. La escena envuelve una penetración de los dientes en la piel de la víctima, momento en el que se produce un intercambio de fluidos. El vampiro toma líquido vital de la mujer, marcándola para siempre cuando ella cae ante sus encantos, y la mujer queda sucia del todo cuando bebe del vampiro, tomando sus fluidos.

"I caught sight in the mirror of the red mark upon my forehead; and I knew that I was still unclean." (Ch. 24, Mina Harker's journal). Tras ser marcada por Drácula, tras yacer con él e intercambiar fluidos vitales (sangre, niños, sangre), habla de la marca que le ha quedado en tintes de posesión sexual. Mina rechaza totalmente esta posesión, se siente sucia por ello. Ha sido poseída por un hombre que no es su marido, y le pide liberación a su marido, Jonathan Harker:

"Think, dear, that there have been times when brave men have killed their wives and womenkind, to keep them from falling into  the  hands  of  the enemy", dice Mina. Cuando parece que ha sido totalmente tomada por el vampiro, cuando teme que no va a poder resistirse la próxima vez que Drácula la llame, Mina afirma que prefiere que su marido la mate antes de caer en los brazos de la criatura. Damas y caballeros, les presento la represión victoriana.

Porque caer en los brazos del vampiro no solo te deja sucia, sino que te transforma. No eres la misma mujer, ya no eres válida para vivir en una sociedad decente. Vemos como Lucy, tras ser tomada por Drácula, deja de ser la chica inocente que era antes. Se la sexualiza. Un error común en las representaciones cinematográficas viene en sexualizar a Lucy desde un inicio, con lo que se pierde parte del sentido de la posesión: es eso lo que ensucia a Lucy. Ella era una chica inocente y pura, 100% victoriana (pero admito que sexualizarla queda bien para poder señalar y decir "mirad, mirad como las que van ligeras de cascos caen más fácilmente"... Como en la versión de Coppola). 


De hecho, volviendo al asesinato para evitar traición, ¡es Arthur precisamente, el que debería haber sido marido de Lucy, el que la sacrifica una vez Lucy ha caído! Lucy está marcada, alejada de la sociedad cuando ha caído en los brazos del vampiro, y Arthur, su noble marido, es el que debe poner fin a sus actos para salvarla. No la está matando, chicos. La está salvando. Si. Claaaro que si.

Una teoría es que el Conde tan solo está interesado en mujeres (evidente en la obra) ... Que son de otro. Mujeres casadas. De ahí viene mi teoría del post anterior en la que dije que Drácula es el típico extranjero que te viene a robar a las mujeres. No estoy loca. Drácula explota el hecho de ser el otro, el de fuera, el exótico para seducir a las mujeres. Lo que asusta más sobre él es que es un ser exótico que roba a las mujeres, no que es una figura oscura.

Y de hecho, se casa con las mujeres de las que se alimenta, las hace suyas y se convierten en sus novias. Pero una vez son sus mujeres, no puede seguir alimentándose de ellas: ¡es un adúltero! Acabáramos. Marca a Mina y Lucy, y no solo las sexualiza, sino que las transforma en alejadas de la sociedad, en seres oscuros, seres extranjeros pertenecientes al Conde.

*

Hasta aquí queda el análisis de Drácula, en dos entradas y con los puntos que quería resaltar aquí. Me dejo cosas, pero si siguiese, acabaríamos con un blog dedicado solo a esta obra. ¿Qué otros puntos de Drácula veis como interesantes?

1 comentario:

  1. Super interesante Raquel! Madre mia siempre me haces ver las cosas desde otro punto de vista!

    olé y olé!

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