sábado, 30 de agosto de 2014

Wrap up #1 - Agosto de 2014

Vamos a ver, porque este mes de agosto he tenido mucho, mucho, mucho tiempo de leer. Y lo he aprovechado considerablemente bien.


Sandman vol. 8: World's End y vol. 9: The Kindly Ones, de Neil Gaiman

Sigo con mi lectura de Sandman, pero tengo que decir que el 8 es el que menos me ha gustado hasta ahora de la saga. Las historias que cuentan son entretenidas pese a que ninguna llegó a atarme definitivamente, y realmente en general como volumen no me ha movido tanto como el resto.
El volumen 9, sin embargo, "The Kindly Ones", impresiona desde un inicio por lo ambicioso que es. La historia en general es sensacional -una de esas cosas que no sabes de dónde se saca Gaiman- y te tiene atado de principio a fin. Morfeo está en plan emoadorable, nostálgico, trágico. Es el punto álgido del conflicto, y me deja con ganas brutales de ir a por el 10.



La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza

No me ha llamado tanto como otras obras de Eduardo Mendoza, pero me ha gustado, y se puede seguir leyendo el alma del autor entre las líneas. Situada, como no, en Barcelona, esta novela relata la historia de Onofre Bouvila, nos dibuja toda su vida, sus subidas y bajadas (que hace acompañando a las subidas y bajadas que hace la propia ciudad en esos años) a medida que nos muestra la Barcelona de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Sigue siendo Mendoza, sigue mereciendo una lectura.


El silencio de los corderos [The Silence of the Lambs], de Thomas Harris

Este libro es absolutamente precioso. Os lo aseguro. Es belleza pura. La historia es belleza, la forma de escribirla es belleza, y Hannibal Lecter como personaje es belleza pura. Su relación con Clarice. Sus interacciones, sus diálogos, la forma que tiene Lecter de analizar a Clarice y actuar con ella. La forma que tiene Clarice de intentar entenderle. De abrirse paso. De querer verle de forma distinta a cómo lo hacen los demás.
Soy una gran amante de la película de Anthony Hopkins y Jodie Foster, pero *el libro*, damas y caballeros. El libro es otra cosa. Lectura totalmente recomendable, y avanzad sin miedo. Aquellos que os sentís algo intimidados por la parte gore de la película, también: el libro no llega a ese punto (y de hecho para mi la película no es para tanto, pero en fin).
Leedlo, por favor. Leedlo. La saga entera.




Primer amor, últimos ritos [First Love, Last Rites], de Ian McEwan

Enfermo. Muy enfermo. Y claustrofóbico. Y oscuro. Y extraño. Y absolutamente magnífico. Ian McAbre, que lo llegaron a llamar. Y lo entiendo perfectamente. No hay forma de describir la preciosidad que es este hombre, del que estoy altamente enamorada (de él, de su obra, de su alma, de su todo en general). Y en esta recolección de historias cortas, que fue de sus primeros trabajos, nos muestra su capacidad claustrofóbica hasta niveles insospechados.
Una lectura totalmente recomendable para cualquier persona que haya leído al autor y le haya gustado. O de hecho a cualquier persona que disfrute de narrativas cortas. Porque es una lectura enferma, es una lectura oscura, pero es una lectura preciosa.


Special Forces #1: Soldiers, de Aleksandr Voinov

Un escocés de las SAS y un rusito del spetsnaz se cruzan, chocan, se conocen, se respetan y finalmente surge el amor. En Afghanistan. En los años 80. Es oscuro, duele en muchos momentos, muchos, muchos, muchos momentos, a veces quieres dejar de leer porque se hace demasiado duro, pero está escrito muy, muy bien.
Es una lectura que resultó ser muchísimo mejor de lo que me esperaba en un principio. Os lo aseguro, muchísimo mejor de lo que me esperaba. Y lo podéis encontrar en ebook en la página web. Todavía no se cuando me leeré el segundo, pero caerá seguro.


El jove Lovecraft [Young Lovecraft], de  José Oliver

Una versión alternativa e ilustrada de la biografía del grandísimo autor fantástico Lovecraft. Es corto, sencillo, mágico y tierno, es divertido y tiene grandes referencias a la literatura mundial. Una novela gráfica altamente recomendable para todas las edades con la que he disfrutado muchísimo.

*

¡Y estas han sido mis lecturas este mes! ¿Os gustaría leer una reseña más extendida de alguno? ¿O sobre algún personaje que aparezca en alguna de las obras? ¿Sobre alguna de las temáticas? ¿Habéis leído alguno?

jueves, 28 de agosto de 2014

El Perfume, de Patrick Süskind

Título: El Perfume [Perfume: The Story of a Murderer]
Autor: Patrick Süskind
Publicación: Barcelona: Seix Barral, 1994

Argumento [de la edición de Seix Barral]:

Quizá los olores evoquen el privilegio de la invisibilidad. Antes del tacto, sucede el olor, como mensajero de una esencia que sabe desaparecer en el aire y ser agente de un gran poder. La seducción que despliega el olor es implacable: se instala en nosotros y sella su poderío en los tejidos de la memoria. Jean-Baptiste Grenouille tiene su marca de nacimiento: no despide ningún olor y por ello hace temer la presencia de algún demonio. Al mismo tiempo posee un don excepcional: un olfato prodigioso que le permite percibir todos los olores del mundo. Desde la miseria en que nace, abandonado al cuidado de unos monjes, Jean-Baptiste Grenouille lucha contra su condición y escala posiciones sociales convirtiéndose en un afamado perfumista. Crea perfumes capaces de hacerle pasar inadvertido o inspirar simpatía, amor, compasión... Para obtener estas fórmulas magistrales debe asesinar a jóvenes muchachas vírgenes, obtener sus fluidos corporales y licuar sus olores íntimos. Su arte se convierte en una suprema e inquietante prestidigitacion. Patrick Süskind, convertido en maestro del naturalismo irónico, nos transmite una visión ácida y desengañada del hombre en un libro repleto de sabiduría olfativa, imaginación y enorme amenidad. Su persuasión iguala la de su personaje y nos propone una inmersión literaria en el arco iris natural de los olores y en los turbadores abismos del espíritu humano.

Mi lectura:

"En el siglo XVIII vivió en Francia uno de los hombres más geniales y abominables de una época en la que no escasearon los hombres abominables y geniales. Aquí relatamos su historia". Así empieza una obra que empecé a leer estando muy, muy, muy perdida (porque pese a que me la habían recomendado mucho nunca me había preocupado de ver de qué iba) y acabé muy, muy, muy enamorada. Del autor, de las palabras, del estilo, de todo.

El lenguaje de este libro te lleva. El Perfume es lenguaje. Tiene una historia absolutamente fantástica, bien hilada y llevada, tiene ocurrencias dignas del mejor de los genios. Pero lo que a mi me llevó fueron las palabras. De hecho, alguna vez me gustaría poder llegar a leer esta obra en idioma original para ver hasta qué punto el traductor es un genio. Es todo, es cada frase, cada descripción, haciendo que no llegue a sobrar nada. Está fantásticamente escrito.

Nuestro protagonista, Grenouille (alguien que no es la clase de persona a quien llegas a querer y adorar, este supuesto "héroe" no es nuestro cariño lo que busca el protagonista precisamente, y sin embargo el autor nos relata la obra de forma en que llegamos a ser ciegos ante los peores de sus actos, aquellos que no se pueden perdonar jamás), busca su esencia perfecta a medida que avanza la historia y nosotros nos encontramos con una autor que nos regala su propia esencia.

De forma mecánica te vas atando a ese niño que nace sin olor y que precisamente dedica su vida a buscarlo, a buscar el olor perfecto, el perfume perfecto. Te llega a atar tanto que no puedes escapar del hilo de la historia. El autor sorprende una y otra vez a lo largo de la novela y sin embargo no rompe el hilo. Tiene la flauta mágica en sus manos y nos lleva como quiere.

Tiene elementos fantásticos pero no me atrevo a llamarlo fantasía. Tampoco es exactamente una novela histórica, aunque juegue en un período concreto de la historia. Vemos elementos filosóficos y religiosos, pero no pertenece a esa clase de novelas. Tampoco es una novela de terror, ni es un thriller, por mucho que tengamos un asesinato en la novela. Es una novela que navega entre géneros literarios sin llegar a encasillarse en ninguno. El surrealismo, el pensamiento, la ficción... Todo fluye a lo largo de las páginas de una forma casi perfecta en un libro que es, definitivamente, algo diferente.

Si de algo estoy segura es que el señor Patrick Süskind estará algún día en ese paraíso dedicado a los grandes autores. Mientras, leed su obra, porque lo merece. Es una locura maravillosa y adictiva.

lunes, 25 de agosto de 2014

Drácula, de Bram Stoker: Mancillando a la dama victoriana

Hablemos de la sexualidad que salta a la vista en Drácula. Hice un trabajo sobre esto hace un par de años o quizá tres, y voy a rescatar cosas de ahí, que me vienen muy bien para explayarme sobre una de las temáticas de la obra. Lo primero que se debe tener en cuenta es que no se dice nada de forma directa en la obra, pero supongo que al lector mínimamente experimentado no hay que explicarle más de una vez lo que tiene delante. 


Estamos hablando de la época victoriana (1834 - 1901). Jane Austen, ¿lo tenemos todos en mente? Elizabeth y Mr. Darcy, esas escenas en las que el contacto social se hace a través de bailes, y niña cómo puedes ir por ahí enseñando los tobillos. Pues eso. La mujer debía ser inocente. Pura. Nos encontramos una Inglaterra que a medida que pasaban los años, se reprimía más y más. Antes del matrimonio ni se hablaba de sexo, siendo ciertas supersticiones sobre la menstruación la única vía de conocimiento. Las mujeres no tenían sexualidad alguna.

Y en todo esto llega Drácula, mostrando una transformación en las mujeres -una transformación tachada de pecaminosa y sucia, por cierto- . La mujer abraza al Vampiro, las recepciones que tienen Mina y Lucy de Drácula son los mayores actos de sexualidad que tenemos en la obra, más incluso que la escena de Harker con las novias del vampiro. Por supuesto, la sexualidad queda toda de forma oral, y la fascinación que sentimos por Drácula gira alrededor de su boca, que es su método de penetración, y de hecho es una parte del cuerpo que mezcla géneros: Es suave como una mujer, y penetra como un hombre.

Los actos de Drácula con Mina y Lucy o de Harker con las novias son tanto actos sexuales como actos de alimentación. Algo peculiar, pero ambos actos son muy humanos. La escena envuelve una penetración de los dientes en la piel de la víctima, momento en el que se produce un intercambio de fluidos. El vampiro toma líquido vital de la mujer, marcándola para siempre cuando ella cae ante sus encantos, y la mujer queda sucia del todo cuando bebe del vampiro, tomando sus fluidos.

"I caught sight in the mirror of the red mark upon my forehead; and I knew that I was still unclean." (Ch. 24, Mina Harker's journal). Tras ser marcada por Drácula, tras yacer con él e intercambiar fluidos vitales (sangre, niños, sangre), habla de la marca que le ha quedado en tintes de posesión sexual. Mina rechaza totalmente esta posesión, se siente sucia por ello. Ha sido poseída por un hombre que no es su marido, y le pide liberación a su marido, Jonathan Harker:

"Think, dear, that there have been times when brave men have killed their wives and womenkind, to keep them from falling into  the  hands  of  the enemy", dice Mina. Cuando parece que ha sido totalmente tomada por el vampiro, cuando teme que no va a poder resistirse la próxima vez que Drácula la llame, Mina afirma que prefiere que su marido la mate antes de caer en los brazos de la criatura. Damas y caballeros, les presento la represión victoriana.

Porque caer en los brazos del vampiro no solo te deja sucia, sino que te transforma. No eres la misma mujer, ya no eres válida para vivir en una sociedad decente. Vemos como Lucy, tras ser tomada por Drácula, deja de ser la chica inocente que era antes. Se la sexualiza. Un error común en las representaciones cinematográficas viene en sexualizar a Lucy desde un inicio, con lo que se pierde parte del sentido de la posesión: es eso lo que ensucia a Lucy. Ella era una chica inocente y pura, 100% victoriana (pero admito que sexualizarla queda bien para poder señalar y decir "mirad, mirad como las que van ligeras de cascos caen más fácilmente"... Como en la versión de Coppola). 


De hecho, volviendo al asesinato para evitar traición, ¡es Arthur precisamente, el que debería haber sido marido de Lucy, el que la sacrifica una vez Lucy ha caído! Lucy está marcada, alejada de la sociedad cuando ha caído en los brazos del vampiro, y Arthur, su noble marido, es el que debe poner fin a sus actos para salvarla. No la está matando, chicos. La está salvando. Si. Claaaro que si.

Una teoría es que el Conde tan solo está interesado en mujeres (evidente en la obra) ... Que son de otro. Mujeres casadas. De ahí viene mi teoría del post anterior en la que dije que Drácula es el típico extranjero que te viene a robar a las mujeres. No estoy loca. Drácula explota el hecho de ser el otro, el de fuera, el exótico para seducir a las mujeres. Lo que asusta más sobre él es que es un ser exótico que roba a las mujeres, no que es una figura oscura.

Y de hecho, se casa con las mujeres de las que se alimenta, las hace suyas y se convierten en sus novias. Pero una vez son sus mujeres, no puede seguir alimentándose de ellas: ¡es un adúltero! Acabáramos. Marca a Mina y Lucy, y no solo las sexualiza, sino que las transforma en alejadas de la sociedad, en seres oscuros, seres extranjeros pertenecientes al Conde.

*

Hasta aquí queda el análisis de Drácula, en dos entradas y con los puntos que quería resaltar aquí. Me dejo cosas, pero si siguiese, acabaríamos con un blog dedicado solo a esta obra. ¿Qué otros puntos de Drácula veis como interesantes?

jueves, 21 de agosto de 2014

Drácula, de Bram Stoker

Título: Dracula
Autor: Bram Stoker
Publicación: London: Penguin Books, 1994 (1897)

[IMPORTANTE: Puede contener algún spoiler sobre el final de Drácula. Aviso porque se ve que hay gente que no sabe como acaba, y prefiero prevenir]

Argumento [traducción de la edición de Penguin]:

Drácula relata la lucha de un grupo de hombres y mujeres -Dr Seward, Dr Van Helsing y Jonathan Harker y su mujer, Mina- para destruir al vampiro, cuyos siniestros ataúdes rellenos de arena son descubiertos por Harker en una iglesia abandonada cerca del asilo del Dr Seward. Cruel y noble, deseable para las mujeres de una forma malvada y fatal, Drácula posee un terrible deseo de poder, y es uno de los grandes monstruos inmortales de la ficción.

Mi lectura:

Una cosa antes de empezar, algo que mucha gente no tiene en cuenta cuando recomienda Drácula y a mi me parece altamente interesante: Es una novela epistolar. Si. No es como os lo han contado en las pelis. Es una recolección de diarios y cartas. Una recolección altamente interesante a mi parecer y que forman una novela con una cantidad de matices impresionantes, pero epistolar al fin y al cabo.

Los puntos de vista se cruzan en esta obra, en una de las joyas eternas del terror. Es un gran ejemplo de cómo se puede conocer una historia desde distintos ojos, de cómo puedes o no fiarte de un narrador. Quizá las reacciones de los personajes nos influencian, no sabemos si podemos confiar del todo en sus testimonios. Vivimos una historia filtrada a través de las opiniones de gente que tiene un interesen la lectura general de los sucesos.

La novela empuja al lector a leer sobre el bien y el mal (o el supuesto bien y el supuesto mal), pero no se trata tan solo de eso. El vampiro,  Drácula, no es más que un reflejo del ser humano, de la naturaleza condenada de los hombres y las mujeres. Un hombre que se ve empujado a absorber las vidas de los que están a su alrededor para poder  sobrevivir,  un hombre que al final necesita a los "buenos", a los puros de corazón y alma para destruir la maldad que lleva dentro, lo que le lleva a absorber la vida de otros.

La imagen misma de Drácula, un monstruo que absorbe la vida de sus víctimas en su vida más allá de la muerte, es una metáfora de la idea misma de la maldad. Un mal que seduce,  un mal que puede parecer totalmente atractivo, un mal que hace que las mujeres pierdan absolutamente la cabeza lanzándose hacia tal objeto de deseo (por aquello de dibujar a las mujeres como seres débiles, caemos en el placer fácil más que los hombres, todas son iguales, en fin).

Pero la obra explica que este mal (caer en la tentación y en el atractivo de la criatura) no lleva hacia nada bueno, y lleva a una vida que no es vida, lleva a la no-muerte. El vampiro te lleva hacia su forma de vida, en la que al final debes acabar tú mismo (o misma, más bien, ya que en la obra tan solo tiene por víctimas a mujeres) (¡y Lucy a un niño! ¿no es curioso? Hablaremos de ello el lunes) absorbiendo las  vidas de otros.

Es un mal que tan solo puede ser destruido a través de métodos sagrados, llevando a Drácula a una figura que roza el anticristo. Es una obra que, para poder disfrutarla, no debes limitarte a leerla, debes ir a entenderla -a tu manera, bajo tus normas, ya que la literatura no es una fórmula matemática-. Es una obra muy, muy humana. Nos puede parecer que por ser Drácula un monstruo la obra está alejada de nosotros, pero ni hablar.  Es una obra que te hace sentir atracción hacia el villano y compasión hacia las víctimas, es una obra muy  humana que saca toda la humanidad de uno mismo.

Ahora si, voy a dar MI resumen de Drácula. El mío. El personal.
El de verdad (¡¿?!).

Drácula es el típico extranjero que viene a tu país y tiene la desfachatez (¡¡!!) de ligarse a tus mujeres con sus técnicas oscuras. Es lo desconocido, lo exótico. Viene y las marca, las mancha, con lo que pasan a ser seres apartados de la sociedad, mujeres que ya no pueden vivir en la estructura social.



En la próxima entrada seguiré tratando a Drácula, pero esta vez hablando de la sexualidad a lo largo de la obra. Por ahora os dejo con esta pequeña reseña y la recomendación de que le deis una oportunidad a los clásicos del terror.
¿Qué sentido le sacáis vosotros a Drácula? ¿Os gustó la obra? ¿La leísteis  sabiendo lo que era? ¿Qué otros vampiros de terror os llaman?

lunes, 18 de agosto de 2014

Homenaje a Cataluña, de George Orwell

Título: Homage to Catalonia (Homenaje a Cataluña)
Autor: George Orwell
Publicación: London: Penguin Books, 2000 (1938)

IMPORTANTE: Puede contener spoilers (ojo ahí) sobre la Guerra Civil (que no quiero jorobarle el final a nadie diciéndo que ganaron los franquis- ... Uuuups).

Argumento [de la edición española de DeBolsillo]:

Homenaje a Cataluña es sin duda uno de los libros más importantes del siglo XX y un texto clave sobre la Guerra Civil española, ensayo general a la Segunda Guerra Mundial. Sus páginas recogen la experiencia personal de George Orwell, quien, en diciembre de 1936, llegó a una Barcelona en plena efervescencia revolucionaria y menos de un año después tuvo que huir de la implacable maquinaria soviética por su pertenencia a las milicias del POUM. La honestidad y el coraje con que Orwell narra lo que allí vio y vivió convierten a este autor en el escritor moral por excelencia, y a esta obra en un poderoso manifiesto contra las abstracciones que acaban conduciendo inevitablemente al terror.

Mi lectura:

Muchas cosas me llamaron la atención de esta obra desde el incio de su lectura, desde a su descripción de Barcelona hasta la sensación inmediata de que habían cosas que presagiaban la derrota desde aquel diciembre del año 1936 en el que él llega a la ciudad. Se llama Homenaje a Cataluña y se puede tomar como error el título, ya que no llama tanto a la tierra sino al tiempo que pasó en ella en plena guerra civil.

Orwell habla de la desorganización de ejércitos como el POUM, la falta de disciplina, el caos, la falta de entrenamiento militar, la falta de obediencia a los altos rangos -cosas que se suplían con la firme creencia de los hombres en el objetivo ante ellos, cosa muy bonita, no digo que no, pero soy de la idea (tristemente realista) de que los ideales se deben tener y en ocasiones pueden cambiar el mundo, pero con los números relativamente igualados, ante un ejército mejor armado y organizado, poco pueden hacer-.

Dibuja una Barcelona en un inicio tomada por el anarquismo. Orwell nos muestra como todo eso se va cayendo. También nos enseña las diferencias en el frente entre republicanos y fascistas, la cultura de la gente, los recursos, hasta dónde llega la miseria de las personas en una guerra, las diferencias entre personas de distintas comunidades (como entre catalanes y andaluces). Nos muestra el miedo, miedo al bando fascista y miedo que se puede llegar a tener al bando propio.

Lo que he encontrado más interesante de la obra está en la parte de la guerra sobre la que otorga luz: el POUM señalado como espía franquista, y el bando republicano matándose unos a otros, la marcha de trabajadores cancelada de mayo del 37 y lo que estalla en Barcelona. Todo ello es explicado desde las vivencias del propio Orwell, sin más luz que su voz y sus palabras sobre el tema. Llegamos a ver como Orwell se plantea la posibilidad de una democracia en España pero la ve como imposible: el país está tan roto y sus gentes tan dividas que una democracia no saldría bien.

Orwell no logra entender que los españoles no sean capaces de dejar sus diferencias atrás para luchar juntos (cosa que ha cambiado drásticamente desde entonces).

[Si os interesa este capítulo de la guerra, Juan Eslava Galán en su Una Historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie habla en un capítulo de este mayo del 37, nombrando precisamente a Orwell]

En resumen, para interesados sobre la Guerra Civil (o sobre una visión distinta de las cosas) es una maravillosa lectura, pero no solo para ellos. Si os gustan 1984 o Rebelión en la granja también deberíais leer este libro y otras obras autobiográficas de las experiencias de Orwell para llegar a entender de dónde sale todo lo que se relata en sus obras de ficción. La lectura de 1984 tras leer y entender Homenaje a Cataluña cobra nuevos sentidos.

[Podéis leer también Orwell en España, que incluye cartas y recortes de Orwell que ayudan a completar el mapa general, además de la obra]

jueves, 14 de agosto de 2014

Fiebre en las gradas, de Nick Hornby

Título: Fiebre en las gradas (Fever Pitch)
Autor: Nick Hornby
Publicación: Barcelona: Anagrama, 2008

Argumento [de la web de Anagrama]:

"Me enamoré del fútbol tal como más adelante me iba a enamorar de las mujeres: de repente, sin explicación, sin hacer ejercicio de mis facultades críticas, sin ponerme a pensar en el dolor y en los sobresaltos que la experiencia traería consigo" (Hornby, 2008).

Éste es el relato autobiográfico de la tumultuosa relación del autor con el fútbol y con su equipo, el Arsenal londinense. Con un entusiasmo contagioso y su característica ironía, Hornby nos cuenta lo que ocurre cuando uno deja que el fútbol dé contenido a unos cuantos huecos que deberían haber estado ocupados por otras cuestiones. Este adicto al fútbol rechaza invitaciones a bodas porque ese día el Arsenal juega en casa, o asocia su primera gran ruptura amorosa a la pérdida de un jugador emblemático. Hornby se interroga aquí sobre la esencia de esta obsesión y describe con humor en qué consiste verdaderamente ser hincha de un equipo. Fiebre en las gradas es también una lúcida radiografía de los entresijos deportivos y sociales de este deporte y termina convirtiéndose en una sentida declaración de devoción y lealtad a un deporte, a un club y, sobre todo, a la comunidad de sufridos seguidores que conforman su verdadera esencia.


Mi lectura:

Leer Fiebre en las gradas es como leer a un amigo más bien lejano pero que pese a ello comprende tu necesidad de seguir todos y cada uno de los partidos de tu equipo, incluso aquellos que a la hora de la verdad son noventa y pico minutos que no llevan a ninguna parte. Esos partidos que sabes que tu equipo va a perder (¡que vais a perder, porque tú eres parte de eso!). Ese amigo que entiende que no puedas, por más que te esfuerces, evitar mirar cada dos por tres cómo van. Ese amigo a quien no le parezca raro que te preocupe el estado de salud de ese chaval al que has visto jugar tres veces, pero que lleva tu escudo en el pecho (y al fin y al cabo eso es lo que cuenta).

Me recomendaron bastante este libro antes de lanzarme a leerlo, y la verdad es que me sorprendió muchísimo. Tenía altas expectativas... y las cumplió todas. Cuando alguien logra captar tan bien el sentimiento de un aficionado al fútbol (esa locura sin sentido que lleva a ser contagiosa), lo mínimo es esforzarse por entregar unas palabras de agradecimiento ante la obra. Lo he disfrutado muchísimo, incluso siendo una de esas personas que no comprende muy bien la razón de la existencia del Arsenal (con cariño hacia los gunners, ¿eh? Pero no lo comprendo)

Fiebre en las gradas es un relato cuidadoso y muy personal del fútbol, de la forma de vivir el fútbol por parte de Nick Hornby (un aficionado, un obseso, uno de los nuestros), pero no por ello está alejada de la forma en la que mucha gente lo vive, o no por ello podemos dejar de ver parte de nuestra forma de vivir reflejado en sus páginas. Es un libro que va sobre fútbol pero no es un libro sobre fútbol o deportes propiamente dicho. Es una obra que relata una obsesión.

Para un aficionado al fútbol es un acierto seguro, pero este libro se puede disfrutar incluso sin sufrir de tal enfermedad. Es una lectura que puede incluso ayudar a más de uno a comprender a ese amigo hooligan al que siempre han mirado con cara rara cuando se ponía nervioso al ver que su equipo no avanzaba. Describe la experiencia de ser un fiel seguidor de un equipo de fútbol. Una experiencia que te la pueden pintar como bonita, pero es dura, triste, cruel y miserable el 99% del tiempo. Y es perfecto tal y como es.

*

¿Habéis leído esta obra o otras de Hornby? ¿Qué opináis de su relato sobre las obsesiones de los humanos, como es el fútbol? ¿Habéis leído alguna obra que hable de obsesiones parecidas? ¡Comentadlo!

lunes, 11 de agosto de 2014

Saturday, de Ian McEwan: Una mente científica y escasez de empatía

De la novela Saturday, algo que me llamó la atención fue la forma en la que la mente de Henry Perowne está construida. Se nos analiza y se nos disecciona su cabeza, mostrándonos una forma de ver el mundo puramente científica. Seguimos durante todo un día, desde la tercera persona, su línea de pensamiento, McEwan nos obliga a mirar el mundo desde los ojos de Perowne de forma casi claustrofóbica. Todo lo que hace, lo que piensa, como actúa, todo lo vemos a través de un microscopio.

A través de ese microscopio no solo vemos a Perowne, sino que también vemos a Baxter siempre a través de los ojos de Henry: una mente científica, una mente que lo analiza todo racionalmente. Henry Perowne no permite que el humanismo se entrometa en su camino y, por lo tanto, no es capaz de analizar ni a Baxter ni la literatura de ficción que recibe de una forma humana. Para Henry, el pasado de Baxter es irrelevante, hace de Baxter poco más que un sujeto sometido a estudio científico. Eso le impide predecir los movimientos de Baxter, pero también le impide entender los libros que le va pasando su hija.

Henry Perowne es una persona que no puede empatizar y, por lo tanto, no puede simpatizar o entender las razones de Baxter para hacer lo que hace, actuar como actúa. Cuando estamos leyendo el libro, tener esto en mente es muy importante.

En algunos puntos podemos llegar a ver que el arte si que es importante para Henry, utiliza la música como elemento de relajación o durante sus intervenciones quirúrgicas. Pero queda ahí su relación con el arte, ya que Henry ve la ficción y las historias como demasiado plagadas por los errores del ser humano, demasiado llenas de humanidad, y no lo logra entender. Odia el realismo mágico especialmente, no es capaz de conectar con los personajes o con las historias, y podéis imaginar porqué.

Así pues, Henry lee a Baxter como lee la literatura: como un científico, no como un ser humano. Desde su mente científica racional, un error que lo perseguirá toda la novela.

Dada mi obsesión (había escrito interés, pero debo ser sincera conmigo misma ante todo) con los personajes oscuros (antihéroes, villanos, apartados de la sociedad, sin amigos, sin nadie que les entienda, sin entenderse a ellos mismos, tristes y solitarios, traumatizados por problemas en su infancia, etcétera), me resulta curioso que me llame tanto un personaje que no es capaz de ejercer el ejercicio que hago yo al leer una novela o al leer a una persona. Henry Perowne es incapaz de hacer lo que yo hago al leer una novela, no puede empatizar con los personajes que no encajan con su estructura de vida, con su forma de ver el mundo.

Pero supongo que es la forma de narrarlo de McEwan. La forma en que me lo vende. Debo entender a alguien que no logra entender a nadie. Esta novela me obligo a ejercer empatía sobre alguien que es absolutamente incapaz de hacerlo, alguien que no logra salir de su burbujita de clase alta. Entiendo a Baxter, porqué actúa como lo hace, pero también entiendo a Henry.

jueves, 7 de agosto de 2014

Sábado [Saturday], de Ian McEwan

Título: Saturday (Sábado en la edición española)
Autor: Ian McEwan
Publicación: Londres, Jonathan Cape 2005



Argumento [traducción de ianmcewan.com]:

Sábado es una novela que sucede en un solo día, el 15 de febrero de 2003. Henry Perowne es un hombre satisfecho, un neurocirujano de éxito, felizmente casado con una abogada y disfruta de buenas relaciones con sus hijos, que son jóvenes adultos. Lo que le preocupa es el estado del mundo -la inminente guerra contra Irak, y el general oscurecimiento y pesimismo desde los ataques de Nueva York y Washington de dos años antes. En esta particular mañana de sábado, Perowne hace su camino habitual hacia su partido de squash con su anestesista, intentando evitar los cientos de miles de manifestantes que llenan las calles de Londres, protestando contra la guerra. Un accidente menor lo lleva a una confrontación con un matón de poca monta llamado Baxter. Desde el ojo profesional de Perowne, algo parece estar mal con este joven. Baxter, por su parte, cree que el cirujano lo ha humillado, y visita la opulenta casa de Perowne esa noche, durante una reunión familiar, con salvajes consecuencias que llevarán a Henry Perowne a desplegar todas sus habilidades para mantener a viva a esa figura condenada.


Mi lectura:

Creo que esta novela es una de las más personales de McEwan y, por ello, es más complicada de leer que otras muchas del autor.

Sin llegar a ser la novela que más me ha gustado de Ian McEwan (esa posición la ocupa Atonement [Expiación], sin lugar a dudas), debo decir que la lectura de Saturday me hizo profundizar algo más en mi amor por este autor. Mucha gente se queja al leer la novela y acaban enfadados con ella y con McEwan porque no es en absoluto lo que se esperan (cualquier buen lector, al coger un libro de este señor, debería haber aprendido a estas alturas que McEwan nunca te va a dar lo que te esperas, pero en fin, ese es otro tema), y en mi opinión no llegan a ver todo lo que se puede acabar sacando de la lectura de esta obra.

No es la primera novela que se debe leer uno de McEwan, no lo recomiendo como primer libro del autor porque es posible que la experiencia te aleje de su narrativa -no es una lectura fácil-, pero si ya te has leído algo de este buen señor, seguir con Saturday te puede dar perspectiva sobre su forma de narrar. Henry Perowne es un hombre blanco con privilegios en la vida, con dinero, con un muy buen trabajo, buen jugador de squash, una buena mujer, unos hijos que le quieren. Parece tener una buena vida. ¿Qué nos puede dar la lectura de un día en la vida de este hombre? ¿Cómo podemos conectar con esta lectura? Es una cuestión que he visto mucho en reseñas de Saturday y que me traen a la cabeza Orgullo y Prejuicio, por poner un ejemplo.

Me encanta la forma en la que McEwan hace contrastes de privilegios entre los personajes de McEwan y Baxter, y los usos de estos privilegios a la hora de entrar en problemas graves. En Saturday entramos en ética, en moral, seguimos durante todo un día la mente de este neurocirujano y McEwan nos dibuja su punto de vista del mundo página a página para nuestro disfrute. Nos analiza su capacidad (o falta de ella) para empatizar, la forma en la que se toma la ética en su trabajo, su relación con la literatura y, más importante aún, su relación problemática con la ficción, la relación a través de la literatura con su hija, la mente científica contra la mente literaria, los hechos contra las historias.

Si lo que buscáis es un libro que sirva como lectura ligera, o para simplemente entreteneros un rato, entonces no, no recomiendo Saturday. De hecho, si no eres un lector medianamente experimentado, no recomiendo Saturday, por mucho que sea un libro y un autor que están entre mis favoritos. ¡Pero! Si que lo recomiendo a cualquiera que esté dispuesto a meterse a través de la multitud de capas que ocupan esta novela, a cualquiera que quiera ponerse a pensar en los puntos que se pueden extraer de aquí. Se puede llegar a hacer larga (personalmente no me pasó, pero conozco a mucha gente que si), pero en mi experiencia, mereció absolutamente la pena.

lunes, 4 de agosto de 2014

La ladrona de libros: Hans Hubermann y Muerte

NOTA: Puede contener spoilers de la obra

  
 
Hans Hubermann

Debemos seguir hablando de La ladrona de libros, en concreto del personaje que es Hans Hubermann. Ahora haré una confesión *música de tensión* ... Si me leí el libro es porque vi que iban a hacer la película, y que un actorazo llamado Geoffrey Rush iba a hacer de Hans Hubermann. ¡Acabáramos! ¡Ahora lo entiendo todo! Pensará alguno. Me van a tener que perdonar, pero admiro muchísimo como trabaja este señor, y me trago el 99% de lo que hace por el placer de verle actuar. Y es lo que hay. Así es como me leí el libro de marras.

Y acabé encariñándome muchísimo con un alemán pobre, de los de el bando que la literatura no suele mirar: Hans Hubermann -y claro, en contraste con su mujer, el hombre tiene las de ganar en general, aunque de Rosa Hubermann es ese personaje que te engaña, una de esas personas que se ponen la capa y la máscara para protegerse y esconder el corazón enorme que tienen, y cuando se lo quitan te entra toda la ternura del mundo porque son los que más cariño necesitan-.

La forma en la que la Muerte lo describe, como alguien que prácticamente no es visible, alguien que no es especial en un grupo de gente. Alguien que no caes que está ahí, no tienes muy claro si está o no. Ni que decir que la descripción de la Muerte choca (o directamente queda olvidada) al leer la novela y ver que el personaje brilla con luz propia. Pero está en lo cierto: si no supieses quien es, no te darías cuenta de que Hans existe, tan solo sería un pobre hombre más (y en la situación en la que estaban, llegando a esconder a un judío en su sótano, lo mejor podía ser pasar desapercibido, la verdad).

Sin embargo, la primera vez que lo ves interactuar con Liesel... A mi se me rompió un poco el corazón por lo maravilloso de la escena. Hans Hubermann se fue haciendo un hueco dentro, intentando abrir a Liesel, intentando que la niña pudiese vivir como una niña en todos los sentidos, ayudándola a relacionarse con Rosa, los libros, las palabras, las altas horas de la noche, la música. La forma que tiene de dar calor a todos a los que tiene a su alrededor.

Porque se nota, en la obra se nota la huella que tiene Hans en las personas que se relacionan a diario con él y lo distinto que resulta todo sin ese calor que desprende, esa alegría, esa magia en forma de música y sonrisa en los momentos más oscuros. Esa forma de dar calor que sabe adoptar Liesel, leyendo en los bombardeos, una herencia de un padre no biológico.


La Muerte:

Este libro está narrado por La Muerte. Que diréis, ¡ya lo sabemos! Vale, pero es un impacto. Personalmente es algo que nunca había visto antes, y menos aún la forma en la que está hecho. Me parece algo absolutamente magistral, desde el principio hasta el final. Te está diciendo, van a morir personajes, muchos personajes de los principales de la obra. Te está diciendo que la obra va a acabar mal. Su presencia es un aviso, desde el principio, y de hecho la Muerte te va avisando a lo largo de la historia cuando algo malo va a suceder.

El caso es que podía haberse convertido en una expriencia narrativa macabra. El hecho de tener la Muerte como voz en una historia de la Segunda Guerra Mundial, no se. Podría pasar. Y no. La belleza de lo narrado logra que muchas veces lo macabro que es tener a la Muerte narrándote una historia se convierta en una experiencia de belleza increíble.

Como personaje, se le ve como un ser solitario que se encariña (por decir algo) más con los niños. Es un ser con todo el tiempo del mundo por delante, tiene tiempo para la contemplación, para ver lo que es la naturaleza humana, para planteárselo todo sobre ella. Su trabajo a veces es demasiado para este ser, no es fácil ser la muerte, y mira al cielo (cuyas descripciones son magníficas) para tomarse un momento antes de seguir llevándose almas.

No le gusta en absoluto la destrucción que ve sobre el mundo, y desearía no tener tanto trabajo como tiene. Es un personaje que acaba resultando bastante humano, con sentimientos humanizados. Expresa felicidad y expresa tristeza, soledad e incluso depresión, un abanico lo suficientemente amplio. De hecho, incluso tiene un objetivo más allá de su trabajo, en forma de esperanza, para demostrar que la existencia de los seres humanos merece la pena, y lo hace a través de las historias.

Pero no nos deja olvidar que no es humano, por mucho que nos guste relacionarlo con la humanidad. Es perseguido por las almas de los humanos, y tiene emociones humanas, pero no formará nunca parte de la humanidad.

*

Se me quedan cosas en el tintero, como hablar del valor de las palabras en la obra, pero lo tengo apuntado en la lista de temas de los que quiero hablar en el futuro.

Por ahora, queda esto aquí. ¿Qué os pareció a vosotros Hans Hubermann? ¿Y la Muerte? ¿Qué opináis del experimento narrativo de Zusak en darle la voz a una Muerte tan humana?